Editorial

Un balance a mitad de año.


Estamos a la mitad de un año agitado. Comenzamos con paro por tiempo indeterminado y corte de ruta. Entramos luego en una confusa etapa de negociación entre el gobierno y la conducción de nuestro sindicato. En medio, nos enfrentamos con las secuelas de una huelga que marcará a fuego la historia de la Unter.

Los meses posteriores al conflicto vimos como nuestros recibos de sueldo no experimentaban cambios tan sustanciales como anunciaba rimbombante la conducción en los comunicados que divulgó en las escuelas.
El calendario escolar fue otro problema. Al parecer debíamos trabajar los feriados y solo tendríamos una semana de vacaciones. Algo fortuito (exterior a la dinámica del sistema educativo), como fue la pandemia de gripe porcina nos tiene de “vacaciones”.
A esto se sumó la quita de la movilidad. Algo que por las características del Valle Medio nos perjudica mucho.
Y en medio de todos estos problemas, esto es, tratar de dilucidar cuánto nos aumentaron, qué iba a pasar con los feriados y las vacaciones, cómo hacíamos para evitar que nos quiten la compensación por movilidad; desde la conducción se plantea la necesidad de reformar el estatuto del sindicato. Nos parecía un despropósito. Logramos que el proyecto de estatuto de la conducción se rechazara en la asamblea de nuestra seccional y fuimos al congreso realizado para tal fin donde dejamos clara nuestra posición: no se puede pensar en una reforma seria de nuestro estatuto cuando el conflicto salarial aún esta inconcluso y cuando no hay participación genuina de las bases.
En esta etapa debemos renovar nuestras fuerzas, prepararnos para un futuro que de seguro, será conflictivo.
Es necesario fortalecer nuestro sindicato con la participación, el debate y la movilización, el conflicto con el gobierno aún no termina. Si bien el desenlace de la última huelga no fue demasiado positivo en cuanto a logros salariales, no debemos dejar de reconocer que el grado de participación de los trabajadores en el mismo fue muy importante. Esto es lo que no podemos perder, y para eso hay que seguir trabajando.
Reconocernos como trabajadores implica que tenemos la responsabilidad de participar activamente en nuestro sindicato.