La Suma de todas la voluntades
(EDITORIAL)
El 2009 arranca como terminó el 2008: lleno de expectativas y con muy pocos resultados.Del año anterior arrastramos un reclamo salarial que no fue respondido por el gobierno provincial y también una serie que medidas que apuntaron a debilitar la posición de los trabajadores docentes: la reducción de la movilidad (decreto 530), la resolución de designación de docentes por localidad (1586), el crecimiento acelerado de los cierres de cursos, el nuevo reglamento de nivel inicial y el fantasma de la reforma de nivel medio, que el gobierno parece estar empeñado en implementar, aunque fue rechazada por los docentes en su momento.Todo ello enmarcado en un contexto nacional que hace tiempo dejó de ser favorable, con una crisis internacional que recién está mostrando sus primeras reacciones y que implica menos exportaciones y por lo tanto menos divisas para el gobierno. Por otro lado el conflicto entre el gobierno y el campo comienza a reavivarse lo que traerá como consecuencia nuevos enfrentamientos entre los miembros de la clase dominante y que más temprano que tarde salpicara a los trabajadores, por supuesto en forma negativa.Ante esta situación debemos estar preparados para enfrentar el inicio de este año con la convicción de que si no luchamos por un aumento salarial ahora, nuestro reclamo ya no tendrá la misma fuerza en lo que resta del año. Razones para este aumento sobran: somos los que, a nivel nacional, recibimos el salario básico más bajo, a pesar de formar parte de la Patagonia (la región más cara del país).Al comenzar el 2008 la conducción de UNTER cometió el error de no presionar para lograr una real mejora en los salarios de los docentes y renunció a la lucha; esto es lo que debemos hacer este año. Con un sueldo que cada vez se hace más escaso y con la inflación aumentando, es este el momento de presionar y no dejar de hacerlo hasta que nuestras demandas sean satisfechas, tanto en el terreno de las condiciones laborales como en el salarial.En este período es posible poner un parate a la política del gobierno y reivindicarnos como trabajadores sin dejar que nos atropellen en nuestra dignidad. Por eso llamamos a la movilización, la participación y la lucha.Debemos tomar conciencia de que de nosotros depende imprimir al sindicato una línea de lucha por el mejoramiento de nuestras condiciones y de nuestra vida. Tenemos que transformar cada escuela en un espacio de discusión, de movilización. Participar de las asambleas. Pensar, intercambiar ideas, acordar con nuestros compañeros y actuar en consecuencia.
