La Voluntad. Nro 3. Ya apareció

Editorial
Las enseñanzas del proceso de lucha
Antes de evaluar resultados, consideramos que es necesario rescatar lo positivo de este conflicto: iniciamos el año con un paro por tiempo indeterminado que a pesar de su extensión y las constantes presiones del gobierno, mantuvo un alto porcentaje de adhesión. Sumado a este paro realizamos el histórico corte de ruta de Chichinales, algo jamás hecho en el gremio y que sostuvimos heroicamente por más de 40 días; además nos dio el cuero para realizar un sin fin de acciones locales (cortes locales de ruta en toda la provincia, permanencias en delegaciones, marchas, volanteadas, etc). Todo esto prueba la capacidad de movilización de nuestro gremio y aún con los magros resultados salariales obtenidos, muestra la fuerza que tenemos. Una fuerza de la cual, hasta los más optimistas, al principio del conflicto desconfiábamos.
Por todo esto, ahora más que nunca, debemos estar en permanente movilización, dispuestos a levantar la bandera de la resistencia de la clase obrera cuando el gobierno radical intente desafiar nuestra dignidad y nuestros derechos. Hemos hecho una evolución en nuestra militancia y en nuestra forma de movilizarnos, ahora saben hasta donde podemos llegar, este es un antecedente; de hoy en más tenemos una nueva herramienta que pasa a ser parte de nuestra historia de lucha y resistencia: el piquete. No dejemos que las presiones del gobierno nos intimiden. Somos capaces de más y lo hemos demostrado, ahora nuestro trabajo es recuperar fuerzas para continuar la lucha. Es en este sentido que reivindicamos nuestros objetivos como agrupación: forjar un sindicato en permanente movilización e identificado con todos los trabajadores que luchan contra las injusticias de este sistema.
Por lo que valoramos este conflicto como una muestra de lo que pretendemos que sea nuestro sindicato en el futuro: un colectivo de trabajadores organizado como parte de la clase obrera, en permanente debate, actividad y movilización, ejerciendo la democracia de bases en todo momento.

Organicidad y verticalismo
La mañana del día 7 de abril los docentes del Valle Medio nos encontramos con los descuentos masivos y arbitrarios que hizo el gobierno. Tal como lo habíamos previsto y organizado en una reunión el día anterior fuimos al sindicato a las ocho de la mañana, pero nos encontramos con que la Comisión Directiva de la seccional no quiso realizar acciones en la Delegación del ministerio de Educación porque había paritaria, e iban a respetar “orgánicamente” como comisión directiva la decisión de no actuar. En ese marco, muchos de los que estábamos allí hicimos efectiva la acción, pero como trabajadores individuales, sin el apoyo del sindicato. Realizamos una permanencia de 8 horas y una olla popular que nos permitió confraternizar con los compañeros.
No está muy claro qué significa ser orgánico en nuestro gremio, y en el lenguaje sindical en general. Si orgánico significa respetar decisiones tomadas desde arriba (en este caso de una comisión directiva) estamos ante un problema: porque estaríamos ante un sindicato que no presta atención, y no contiene en su organización a los que están en su base, es decir, una concepción de sindicato Verticalista.
Si ser orgánico significa respetar a la organización sindical estamos de acuerdo. Muchas veces dijimos que la herramienta fundamental de los trabajadores es la organización; es la que le da fuerza, la que los nucléa y hace que su fuerza sea mucha más que si actuaran individualmente. Pero esa organización tiene que estar al servicio de la lucha. No se puede tener una organización sindical para no luchar, o una organización que deje solos a sus afiliados ante sus patrones.
Cuando Agustín Tosco hablaba de unidad no lo hacía de manera abstracta y pasiva: él planteaba la “unidad combativa de la clase obrera”.
Por eso decimos: ¿hay que ser orgánicos? Sí, sin dudas hay que ser orgánicos. Hay que ser orgánicos, y apoyar con la organización a cada lucha. Una conducción sindical no puede dejar que sus afiliados estén solos en la lucha, y no puede pedirles cuenta por haber salido a luchar.

¿Qué es el sindicato?
Varias veces en el proceso de lucha que sostuvimos en los últimos meses se acusó a las agrupaciones opositoras de “querer destruir el sindicato” o producir su quiebre, por el hecho de tomar “medidas demasiado extremas”.
Todo depende de qué consideremos sindicato. Nosotros pensamos que la función fundamental del sindicato es la lucha. Sí, el sindicato es una herramienta de lucha; y se fortalece a través de la movilización, del debate y del enfrentamiento con nuestro patrón, que es el Estado. Podemos recibir muchos aprietes legales de parte del Poder Judicial del Estado, pero si conservamos la voluntad de lucha no podrán quebrarnos como sindicato.
Por eso citamos una frase del programa de la CGT de los Argentinos (la central sindical formada en 1968 por varios dirigentes, entre los que se encontraba Agustín Tosco, y que tenía a Rodolfo Walsh como colaborador); coincidimos fundamentalmente con esta frase:
“El movimiento obrero no es un edificio ni cien edificios; no es una personería ni cien personerías; no es un sello de goma ni un comité. El movimiento obrero es la voluntad organizada del pueblo, y como tal no se puede clausurar ni intervenir” (Programa de la CGT de los Argentinos, del 1 de Mayo de 1968)


Reconstruir los vínculos ¿con quién?????
Leemos en la prensa: “El secretario de prensa [de UNTER] reconoció que es necesario dedicarse a reconstruir vínculos con la sociedad educativa, que se produjeron seguramente por lo prolongado del conflicto”. (Noticiasnet.com.ar 9-IV-2009)
¿Qué quiere decir “reconstruir vínculos”? ¿Cuándo rompimos esos vínculos? ¿Qué es la “sociedad educativa”?
No recordamos ningún hecho dentro de este proceso de lucha que nos haya llevado a quebrar vínculos con la “sociedad educativa”. Salvo que pensemos que el paro implica eso… Sin embargo siempre dijimos, en la calle, en las asambleas, en el piquete, hacia adentro y hacia fuera del sindicato, que no estamos luchando solo por nuestro salario: estamos luchando por la defensa de la educación pública, por un derecho que es de todos los ciudadanos, de todos los trabajadores.
Siempre dificultan el pensamiento conceptos tan amplios como “la sociedad”. Sabemos que la sociedad es un conjunto de partes heterogéneas, y en conflicto. La “sociedad educativa” son los punteros radicales que nos quieren hacer a trabajar en cualquier condición, los padres confundidos que piensan que la escuela es una guardería en donde dejar a los chicos mientras van ellos van a trabajar, o el conductor de una camioneta que se comió 4 horas de piquete y después pasa gritando “no aflojen y no se olviden que la única lucha que se pierde es la que se abandona!!!”
El paro no nos tiene que distanciar de la “sociedad educativa”, ni de otros sectores sociales, ni de los trabajadores. Al contrario, nos tiene que unir con ellos. Al menos tiene que unirnos con los sectores de trabajadores con conciencia, movilizados y tiene que darnos la posibilidad de interactuar, de dialogar y mostrar a los otros sectores, los confundidos, los refractarios a nuestras ideas, que todos los trabajadores –no solo los de la educación- pueden hacer huelga, que todos los trabajadores tenemos derechos y podemos tener sindicatos democráticos y que salgan a luchar.
Ideas como la que se expresan en el primer párrafo, en la cita de un miembro de la Comisión Directiva Central de la Unter, expresan en el fondo la vergüenza de salir a luchar, la vergüenza de mostrarnos ante la sociedad como trabajadores, como docentes que toman el método y se sienten parte de una clase social, la clase trabajadora. Sabemos que es difícil en determinados contextos defender ideas como esta, pero ante los aprietes del gobierno y las calumnias de los medios de comunicación tenemos que tener la dignidad de levantar bien alta la frente y decir que somos trabajadores, que estamos defendiendo nuestros derechos, y que lo hacemos, no de la manera que más nos gusta, sino de la única manera que da resultados: mediante la huelga.

¿Era necesario suspender el conflicto de esta manera?
Una de las partes más desmoralizantes del conflicto que acabamos de desarrollar los trabajadores de la educación de Río Negro es la forma en que el mismo se pretendió cerrar. En ese punto la conducción central del sindicato y las conducciones de seccional tienen una responsabilidad fundamental.
Concedamos por un momento que las bases se habían desgastado después de 6 semanas de paro… Sin embargo, ¿era necesario convocar a un congreso de la manera que se convocó? Las declaraciones del secretario general Marcelo Nervi eran explícitas en solicitar que las asambleas de las diferentes seccionales de la provincia analizaran si los mandatos variaban ante esta nueva propuesta, para justificar o no el llamado a un congreso provincial. El congreso del 8 de abril se convocó de urgencia en horas de la madrugada, no dando el tiempo suficiente a seccionales como la de El Bolsón, que hasta San Antonio Oeste requieren más de 12 horas de viaje. ¿Era necesario demostrar semejante apuro para suspender el paro y convocar un congreso para las 15 horas? ¿Con quién se quiere quedar bien?; Si el gobierno provincial se demoró semanas enteras en hacer una propuesta salarial mínima con respecto a lo que pedíamos: ¿Cuál era nuestro apuro?; Si tuvimos la dignidad de rechazar un apriete legal del poder Judicial de la provincia, y decir a toda la sociedad en el congreso de Choele Choel y con la frente bien alta que los tiempos de nuestra organización los manejamos nosotros los trabajadores y no cualquier funcionario atornillado a su sillón… ¿por qué tuvimos la indignidad de permitir que el poder Ejecutivo apurara nuestros tiempos en el congreso de San Antonio?
Las respuestas a estos interrogantes es clara y simple, la dirigencia gremial desconoció y avasalló el estatuto de la UnTER, que en su artículo 40 refiere “…un congreso extraordinario será convocado con un anticipo no menor de cinco días”. En ningún artículo referido a las atribuciones del congreso menciona que los tiempos del mismo sean apurados por la urgencia del poder político…

Por qué pelear por el salario en Blanco
Una discusión que aporta a la solidaridad intergenacional, tanto como a la convicción de la lucha sindical

La recuperación del salario básico, no es una consigna vacía ni caprichosa como se intenta hacer creer.
Es inaceptable que como argumento, nos digan que, cuando uno este a dos años de jubilarse esa suma pase al básico. Esto no soluciona el problema que acarrea la aceptación de sumas no remunerativas.

Para aportar a esta discusión realizaremos un análisis del los problemas de aceptar sumas no remunerativas.

Toda suma que integra el salario puede o no tener carácter remunerativo. Es remunerativa cuando está sujeta de los descuentos de la previsión y la seguridad social; cuando está sujeta al pago de aportes jubilatorios y de obra social. Estas sumas son las que se tienen en cuenta, por ejemplo, para determinar el monto de una indemnización por despido o por un accidente de trabajo y para el cálculo del haber jubilatorio.
Tiene carácter no remunerativo, cuando no está sujeta a esos descuentos y no se la tiene en cuenta para ningún fin; el caso típico son las asignaciones familiares que percibe el trabajador por hijo, escolaridad, nacimiento, etc.
En los últimos años, los trabajadores de la educación al igual que otros trabajadores del sector público hemos percibimos sumas de dinero con carácter no remunerativo.
Esto se debe a que, el Estado, frente a los reclamos salariales, aumenta el salario de bolsillo de sus empleados, pero evita pagar las cargas sociales.

El no pelear por el salario básico implica resignar una parte del salario que se considera como salario indirecto.

La política salarial heredada de la dictadura implicaba un fuerte componente del salario en adicionales que erosionaban la base de cálculo tanto para la antigüedad (los no bonificables) como para los aportes jubilatorios (los no remunerativos) que conllevaban a un deterioro de los haberes jubilatorios.
En los primeros años de democracia esta política se fue reemplazando paulatinamente, exigencia de los docentes mediante, por una que le devolvió al salario básico la jerarquía que antes tenía. A fines de la década de los ‘80 se retomó la aplicación de los adicionales de salario (que no es otra cosa que salario en negro), que fueron adquiriendo cada vez mayor relevancia.
La difusión de los adicionales no remunerativos, tiene como consecuencia directa el desfinanciamiento del sistema previsional y de salud.
Este es un punto que pocas veces se menciona al momento de hablar de los magros haberes de los jubilados: la propia política salarial hacia los empleados del sector público, con un componente en negro, explica parte del deterioro de la seguridad social.
Esta conducta también implica, en los hechos, una ruptura parcial del acuerdo intergeneracional que implica el régimen de reparto, que hoy hemos recuperado, Luego de padecer por años el régimen de capitalización individual (AFJP).
El lazo de solidaridad intergeneracional que conlleva el régimen de reparto supone que los activos de un determinado momento (trabajadores en actividad) aportan recursos para los pasivos de ese momento (jubilados), pero cuando esos activos pasen a la pasividad laboral los nuevos activos aportarán recursos para el pago de sus haberes. Este lazo empezó a resquebrajarse con los adicionales en negro y se terminó de romper con el régimen de capitalización pero hoy en este nuevo escenario de recuperación del régimen de reparto, los trabajadores no nos podemos dar el lujo de desfinanciar el sistema por el que peleamos por años recuperar.
Esta es la misma situación para la obra social IPROSS, esta es una obra social con aporte solidario y que si bien debemos pelear por recuperarla para los trabajadores. No debemos desfinanciarla si por otro lado le queremos exigir una prestación acorde a las necesidades de los rionegrinos.
Todo esto es parte del problema de la aceptación de sumas que no son incluidas en el básico. Pero no es todo el problema, este conflicto que duró mas de cuarenta días y que incluyo cortes de ruta y movilizaciones en toda la provincia, no hubiese sido posible con un sindicato que no tuviera recursos (léase dinero) para poder financiar las actividades realizadas.
Desde este punto de vista resulta una contradicción el aceptar sumas no remunerativas como parte del salario. Estas no van a tributar al sindicato y por lo tanto los recursos logrados no van a poder contribuir a financiar luchas posteriores.



Justicia por Atahualpa

Atahualpa Martinez Vinaya, tiene 19 años. Es Mapuche – Aymara está orgulloso de eso, conoce a su gente. Vive en un barrio humilde de Viedma. Cursa el 5to año, quiere ser médico, irse a Cuba para conseguirlo. Toma un terreno en el barrio 30 de Marzo para su hermana y su sobrino, quiere dejarles algo para el futuro antes de irse. Es buen compañero, lo quieren por eso. Participa junto a su madre en encuentros realizados en la Línea Sur por el Consejo Asesor Indígena, que trabaja por los derechos de los pueblos originarios. Es amigo, hijo, hermano, tío, padrino, compañero, vecino. Guarda un espacio en su vida para ayudar a otros, tiempo y trabajo para ayudar a otros, lo quieren por eso.
El 15 de junio del 2008, lo sacan del Bar “Mi Loca”, le disparan por la espalda y lo tiran a 5km del lugar en las afueras de la ciudad de Viedma. Nadie vio, nadie escuchó; a pesar de que se dispusiera una recompensa de $100.000 y a casi 8 meses de su asesinato todavía no tenemos datos ciertos de quién o quiénes fueron los asesinos y peor aún no sabemos por qué lo hicieron.
Nosotros como familiares de Ata comenzamos un camino de reclamo por el esclarecimiento de este hecho, y en ese tránsito fuimos encontrando a otros familiares que viven la misma situación y esto es lo alarmante: en su mayoría son jóvenes. Aquí es donde uno empieza a preguntarse y a repensar Qué está pasando? Por qué sucede? Qué hacemos con lo que sucede?
Muchas veces creemos que esto le pasa a otros, sin embargo cuando están golpeando a tu puerta te das cuenta que puede ser cualquiera. Y cuando te pasa, lo primero que uno encuentra es su propia indiferencia, después llega la de los otros y uno entiende, pero a la vez desespera. La injusticia tiene muchas formas, todos padecemos hechos injustos, pero la muerte tiene esa presencia que te pone de frente a la vida, y al principio te preguntas por qué a mi? Pero si podes ir un poco más allá y te preguntas para qué? Y es posible que encuentres algunas respuestas y mejor aún acciones concretas, la tarea.
Apenas enterramos a Ata, comenzamos a despertar su memoria, necesitábamos que la gente supiera quién era. Y allí fue que nos encontramos con infinidad de anécdotas que relatan a un joven con sueños, con ideas, con tiempo y ganas para ayudar a otros. Cuentan sus amigos que Ata sacaba fotocopias de más, por si alguno se las olvidaba; traía alfajores para sus compañeras embarazadas; llevaba todos los días a su amigo Osvaldo (que padece una enfermedad que le impide caminar) hasta la escuela en bicicleta. Hoy los niños del Barrio 30 de Marzo cuentan: “me ayudó a llevar los baldes de agua hasta la casa”, “le ayudó a mi mamá a descargar las cantoneras”, todos los relatos guardan un gesto solidario. Su deseo de estudiar medicina en Cuba también estaba relacionado con que él desde muy chico pasaba las vacaciones en casa de sus tíos en la Línea Sur y comprendía las necesidades que padecen en esa zona, por lo que él decía: “Si yo me recibo de médico y voy a trabajar allá, tengo algunas ventajas porque se andar a caballo, conozco a la gente, el lugar…”. Ese era Atahualpa.
Fueron muchos los que se sumaron a nuestro pedido y me parece oportuno decir que los directivos del CEM 18 supieron estar a la altura de las circunstancias ya que asumiendo el rol de adultos, acompañaron a los chicos en su duelo y además promovieron los espacios de reflexión y trabajo en otras escuelas, tarea que realizaron los compañeros de Ata y que derivó en un documento presentado ante el Consejo Deliberante de Viedma, en donde manifestaban todo lo que ocurre en “la noche viedmense”, desde la venta de alcohol a menores a la circulación de drogas y la fuerte sensación de desprotección por parte de las fuerzas de seguridad. También han organizado pegatinas, acciones solidarias en diferentes barrios y espacios de creación. La escuela es un lugar más que importante en la realidad que nos toca vivir.
Guardamos un deseo digno de VERDAD y de JUSTICIA. Por Ata y por todos los que han muerto injustamente. Y el sueño de que cada uno en su lugar de trabajo sea multiplicador de conciencia, de responsabilidad, de compromiso. Si los gestos solidarios se multiplican eso querrá decir que fuimos capaces de ponernos en el lugar del otro... que simple no?

Laura Vinaya
http://www.justiciaporata.blogspot.com/

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Carta de una maestra

El siguiente texto apareció en la sección correo de lectores de la Revista Barcelona

Qué pelotudo el pelotudo. Piensa que el trabajo de un maestro es un turno, como un polvo en un telo. Y encima de pelotudo, resentido. Como gana dos mangos, le parece bárbaro que los demás ten­gan dos laburos para subsistir. Y encima de pelo­tudo, ignorante: no cobramos dos sueldos por dos cargos porque nos pagan una buena parte en negro y son sumas que se abonan por un solo cargo. Te falta decir que tenemos tres meses de vacaciones y te recibís de pelotudo. ¿Y sabes qué, pelotudo? La mayoría de la docencia somos mu­jeres a cargo de una familia. Y encima la culpa de que los pibes estén hechos mierda es de los maes­tros que le sacamos unos días de clase en escuelas que se caen a pedazos, sin materiales y sin un mango. Seguro que se matan con paco por la frus­tración de no tener clases. La tenes re-clara, es la teoría progre del "hacerle el caldo gordo" a la de­recha. Y, para tu información, sos doblemente pelotudo. Te sacan un ojo de la cara pagando mi­llones de impuestos que deberían financiar la edu­cación y la salud y encima de no reclamar por eso, vas y pagas. Lamento decirte que me importa tres carajos dónde dejas a tus hijos para ir a laburar, no estamos para cuidarlos como niñeras, estamos para enseñar. Nos da el cerebro para muchas co­sas, como por ejemplo enseñar dignamente sin las más mínimas condiciones y hacemos paro por­que es lo único que da resultado. Y nos bancamos los descuentos, ¿o te pensas que nos sale gratis? Si no fuera por la resistencia de la comunidad educativa durante los últimos 20 años ni siquiera tendríamos esto. Hay mucha gente que sale a pe­lear por lo que le corresponde mientras vos rumias el versito de que no hay nada que hacer, y cual falso y pobre garca reclamas por "tus derechos" individuales. Seguro que también los piquetes te impiden ejercer tu derecho al trabajo. Nadie ten­dría que ganar menos de tres lucas; eso esta clarí­simo. Y en vez de lloriquear estaría bueno que hicieras algo por tu propia dignidad. Los médicos también paran y los policías estaría buenísimo que hicieran paro por tiempo indeterminado de gatillo fácil. Me tienen harta los forros como vos que quieren profesionales de primera con el suel­do de un precarizado. Tené cuidado porque si la revolución empieza a cada instante, corres el ries­go de ser linchado en cualquier momento.
La Jardinera Hot - Antes muerta que carnera
Revista Barcelona, nro 157. 27 de Marzo de 2009

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