Como trabajadores y como militantes sindicales no tenemos que olvidar que somos animales políticos y no podemos estar aislados de las cuestiones sociales, que afectan al pueblo y a los trabajadores de la provincia. En ese sentido, es una necesidad que todos nos expresemos sobre lo que pasó en Bariloche.
Los hechos ocurridos en esa ciudad son conocidos por muchos: el asesinato de un adolescente por parte de un policía, que desató la ira de los pobladores del Alto y una pueblada en reacción al injusto accionar policial.
En la represión que siguió a esa pueblada murieron dos jóvenes más. Y después de ello, la manifestación de los sectores acomodados de Bariloche, dependientes del turismo y cómplices de la discriminación y la violencia, en defensa del accionar policial.
Pensamos que estos hechos vienen a mostrar una situación que hace tiempo que se viene dando en esa ciudad: El ocultamiento de la miseria de la población y el acallar los conflictos sociales detrás de la imagen de ciudad turística, ordenada y bella: “la Suiza Argentina”.
Por otro lado se desnuda la función y las características de la policía rionegrina: la represión contra la juventud y la pobreza, de la cual conocemos muchos casos (la mayoría de ellos impunes) y que en este caso llegó al extremo de cobrarse 3 muertos y muchos heridos, contando algunos jóvenes torturados en comisarías en los días posteriores. También las múltiples amenazas contra los que participaron en las manifestaciones en apoyo a la gente de los barrios.
Pensamos que los asesinatos de Bariloche son un caso más de criminalización de la pobreza y la juventud. Es decir, perseguir a los jóvenes y a los pobres, solo por el hecho de serlo, tratándolos como delincuentes cuando su único “delito” es vivir en un barrio pobre y tener un aspecto determinado.
Como agrupación participamos de la marcha que se realizó el 24 de Junio en la ciudad de Viedma y acatamos activamente el paro decretado por la CTA y la UNTER, pensamos que era necesario una medida de ese tipo para poner un freno a la ola de cómplices del poder político que reclamaban en nombre de una supuesta “seguridad”, que implica tener controlados a los trabajadores y a los pobres. Y pensamos que hay que seguir luchando por el esclarecimiento de los asesinatos de Bariloche y de tantos otros hechos de violencia ocurridos en la provincia y aun no esclarecidos, como el de Otoño Uriarte o Atahualpa Martínez Vinaya.
Destacamos que los responsables del accionar policial son los integrantes del poder político provincial: gobernador, ministros y jefes policiales. Ellos son los responsables del entrenamiento, formación, administración y control de la institución policial. Por eso la necesidad de no entender a estos hechos como “errores” o hechos puntuales que no afectan al poder político de la provincia.
Un concepto de Seguridad muy estrechoGeneralmente se entiende a la seguridad como la defensa del derecho a la propiedad. Es decir, seguridad es que no te roben, que no te maten para robarte, que no te asalten… Es cierto y es así, ese es un derecho. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que hay otros aspectos de la seguridad que esa idea no tiene en cuenta: para nosotros la seguridad implica también tener trabajo y que no corras el riesgo de perderlo, tener salud, educación, y tener la seguridad de que no seremos perseguidos por participar de una manifestación, por ser joven, ser pobre, o por oponernos al poder político. De esa manera, el derecho a la seguridad está en vinculación con el derecho a la integridad física, a la vida y a una buena calidad de vida, y no solo con el disfrute de la propiedad privada.
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